El paisaje se puede considerar como apropiación del territorio, un paisaje es percepción, interpretación de una realidad existente, es muy particular de cada cultura y de cada persona.
Los colores y formas de la naturaleza, nos inspiran y crean emociones y sentimientos.
Este verano en Mallorca es especialmente cálido y seco, predominan grises, ocres y rojos de las piedras y los suelos, los verdes difusos de las plantas que guardan el agua para su supervivencia, los pajizos de las hierbas que acolchan la reseca tierra... pero como artista inspirada, la Naturaleza, sorprende a los espectadores y regala con blancos invernales, flores en el desierto, que atraen a insectos golosos por su color y aroma. Me refiero a la esparraguera blanca, Asparagus albus, arbusto del mediterráneo occidental y de Canarias, que en estos días está en plena floración. las fotografías han sido tomadas, cerca de la carretera que unen Santanyí con S´Alqueria Blanca, en el extremo sureste de Mallorca. Creciendo en interesantes campos de cultivos abandonados, junto con almendros e higueras semisalvajes, lentiscos y ullastres. El espárrago blanco, es una muy buena elección en jardinería ecológica, especie comestible, muy apreciada por los gourmets campesinos, verdaderos expertos de lo bueno y sano que ofrece la naturaleza.
Los vergeles forestales son un buen ejemplo de simbiosis entre el ser humano y su medio, en ellos se recrea una naturaleza amable, funcional, integrada en los ciclos de la vida como los ecosistemas naturales. Forma parte de la filosofía natural, que nos enseñaron miles de jardineros anónimos que transformaron una parte de Gaia en espacios de abundancia, belleza y prosperidad, esos jardines son un legado del pasado, un presente a desarrollar para transmitir a las generaciones futuras.
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Gracias por compartir Julio, un gusto encontrate entre las publicaciones de FB.!
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